miércoles, 9 de septiembre de 2015

Edukadores Quilmes




Los docentes que desde Quilmes impulsamos “EduKadores” estamos convencidos que a partir de 2003 hubo en lo educativo un cambio de paradigma lo suficientemente profundo y movilizador. 
 
Desde entonces, y en contraposición a las injustas recetas neoliberales lanzadas contra las escuelas públicas argentinas y su comunidad educativa, se abrieron nuevas ventanas que nos permiten visualizar horizontes contrapuestos con aquellos.  

Los intereses de las mayorías  y la construcción de un proyecto de país mucho más igualitario aparecen como un desafío en curso, posible y abierto que nos interpela.
Nos convocamos sabiendo que los avances concretados, en el nivel discursivo pero también en hechos palpables, no son menores. Son producto del sacrificio del pueblo argentino y de decisiones políticas en una etapa sin precedentes.


La Ley de Financiamiento Educativo fue piedra fundamental: de manera inédita y estratégica, el presupuesto destinado a la enseñanza trepó hasta el 6% del PBI, revirtiendo tres décadas de fuerte desinversión y vaciamiento del sistema educativo.  

Las mejoras salariales para los trabajadores de la educación en negociaciones paritarias ininterrupidas, que repercutieron en mejores condiciones laborales generales, son el punto de partida desde el cual queremos darle carnadura a una agenda que asuma y cuestione integralmente la nueva realidad educativa en nuestro país, debate en el que no podemos estar ajenos.

En nuestra memoria más triste queda la nefasta Ley Federal de Educación con su fracasado Polimodal, impulsada en la provincia por el gobierno de Eduardo Duhalde.    

Celebramos que, dando vuelta esos paradigmas expulsivos de la educación elitista y liberal, en los últimos años, desde lo legislativo y las políticas públicas, se haya instalado la idea fuerza de la “inclusión”, que no es otra cosa que la construcción de una escuela pública en la que todos los hijos del pueblo puedan acceder a una educación significativa y de calidad. Defendemos esa premisa como un piso irrenunciable.

En estos años, y a iniciativa de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, junto a las normas ya mencionadas, volvió a articularse en 2005, la Educación Técnico Profesional (ley 26.058).  El sistema de escuelas técnicas, aquellas que habían sido destruidas en el menemismo, fue recuperado al calor de un aparato productivo en vías de reactivarse.   

Se sancionó una nueva Ley Educativa (26.206) que entre otras cosas, instala que el concepto de “calidad educativa” supone, según el Estado Argentino, la construcción de saberes;  el acceso a lo simbólico y la formación de ciudadanos de derechos.

Esa norma, se  aleja de criterios meramente evaluativos, tal como exigen por su parte, los organismos financieros internacionales y reproducen los monopolios mediáticos, en su constante machacar contra la escuela pública.  

Otras medidas que impactaron fuerte en la comunidad y por lo tanto en las escuelas y en la posibilidad de ampliar el acceso a la formación y a las tecnologías de la comunicación  fueron la Asignación Universal por Hijo y los programas PROCREAR y Conectar Igualdad.

Las nueve universidades públicas nacionales construidas y financiadas entre 2006 y 2009, y el fuerte impulso de las ya existentes, que acercan el acceso desde las barriadas populares al nivel académico superior  y los contundentes avances en Ciencia y Tecnología, no pueden negarse y pasar desapercibidos para quienes construimos saber junto a los pibes.

Tampoco somos ajenos al impacto, la calidad y el criterio sostenido en iniciativas culturales y de comunicación tales como el canal Encuentro, Paka Paka, Tecnópolis, el Museo del Bicentenario y el imponente Centro Cultural Kirchner entre otras obras de esta década. 

Resultado de una construcción democrática, necesaria y ejemplar, la nueva Ley de Medios Audiovisuales debe alcanzar un impacto directo en nuestras escuelas. Se trata de un desafío que debemos asumir en tanto entendemos, tal como esa norma sostiene, a  la comunicación como un derecho y no como una mercancía.          

Las políticas de Derechos Humanos, ancladas en la consigna histórica de Memoria, Verdad y Justicia, también pasaron a formar parte de la vida cotidiana de nuestras escuelas.

Todo lo desarrollado en torno a la Educación Sexual Integral, que acompaña otras normas como al derecho a la identidad y avanzan  fuertemente hoy en construir una sociedad futura en la que sea realmente posible el “Ni una menos”.

En nuestros alumnos vemos también la posibilidad abierta en esta etapa a la participación juvenil activa en la política, única herramienta para cambiar la vida del pueblo.
Sin dejar de observar las dificultades cotidianas, los educadores asumimos y defendemos la agenda social de estos tiempos.

Desde el inequívoco lugar en la defensa de lo conquistado; de lo construido, a sabiendas que no comenzamos de cero y con la alegría de ser protagonistas de un proyecto popular y democrático, sumamos fuerzas también en Quilmes para ir por los desafíos que faltan, a los que no renunciamos.  

 Quilmes, septiembre 2015

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